martes, 14 de febrero de 2012

¿Insignificante en tu vida? Lo sé.

Camino por la playa, no sé a donde y tampoco sé el porqué. No es Diciembre, pero casi está llegando y el frio se hace notar aunque, más bien lo notan mi pequeña nariz roja y mis huesos calados por el temporal.
¿Sabes? Esta atardeciendo, hace mucho viento y la playa parece solitaria.
¡Exacto! Justo así, tal y como te la describía cada tarde de invierno en la que tú no estabas cerca. ¿Recuerdas? Parece mentira que haya pasado más de un año de eso, que ya no te pueda escribir para contartelo, y tú, simplemente, no quieras leerlo porque estás más ocupado en eso a lo que tú llamas "tu vida" y que, ¡como no! yo ni siquiera ocupo una parte de ella.
¿Sabes? Ya se ha escondido el sol, ya no brilla pero sí que logro captar pequeños rayos. Me recuerdan a aquella tarde cuando te dije, que tales rayos era insignificantes, y tú, con aquella sonrisa, me dijiste que todo lo insignificante era lo que daba sentido a algo, y que por esa regla, yo, era la cosa más insignificante que había en tu vida.

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